Los socios de la Unión de Conductores y Pequeños Propietarios de Carruajes de Yucatán no se niegan al uso de las calesas eléctricas en Mérida, es parte de la modernidad que viven el mundo y la sociedad, manifestó Eduardo de Jesús Echeverría Ayala, secretario general de este sindicato.
Lo que el líder dejó en claro es que las calesas jaladas por caballos no desapareceránporque son un atractivo turístico de la ciudad, un producto que demandan los turistas nacionales y extranjeros que gustan de los paseos en este vehículo de transporte usado por la aristocracia a fines del siglo XIX.
El 13 de noviembre de 2021, el alcalde Renán Barrera Concha anunció que en febrero de 2022, a más tardar, iniciarían actividades las calesas eléctricas junto con las movidas por caballos como un ejercicio gradual de transición hacia las nuevas tecnologías, tal como publicó el Diario.
Entrevistado sobre cómo va la propuesta del alcalde, Echeverría Ayala aseguró que la directiva de la unión de caleseros todo el tiempo tiene pláticas con el Ayuntamiento y el proyecto va viento en popa, está en camino la incorporación de una primera calesa eléctrica “para ver cómo nos va”.
Unos primeros acuerdos, según reveló, es que el transporte en la calesa eléctrica empezará en febrero, esta unidad circulará por un mes de manera gratuita y pagarían el 50% del costo del vehículo.
Cifra en veremos
Hasta hoy el Ayuntamiento no ha dicho cuántas calesas eléctricas circularán en Mérida, siguen las pláticas para acordar el número porque ya aceptan esta moderna calesa “porque nosotros no estamos cerrados a la modernización” y la calesa eléctrica vendrá a reforzar una tradición que no desaparecerá, como son las también llamadas calandrias jaladas por caballos.
“Habrá dos opciones de paseo turístico: el que quiera usar la calesa eléctrica y los que prefieran la calesa jalada por un caballito”.
“Los mismos compañeros mudarán a la nueva tecnología, manejarán la calesa eléctrica y aunque haya dos tipos de vehículos solo habrá un sindicato, no se dividirá ni expulsará a nadie que no quiera utilizarlo, el alcalde no quiere una división ni una competencia, la mejora del servicio es de nosotros y para nosotros”.
“Ya había personas externas que estaban pidiendo trabajar solo con las calesas eléctricas y el alcalde dijo que este cambio es para los trabajadores de calesas tradicionales”.
Guadalajara, un ejemplo para Yucatán
El líder de los caleseros recordó que en Guadalajara introdujeron calesas eléctricas y surgió una división entre los prestadores de servicios, se generó un pleito en esta actividad.
Eso es a lo que no se quiere llegar aquí en Mérida, por ello los caleseros y el Ayuntamiento dialogan para llegar a acuerdos.
“El Municipio nos está ayudando bastante, la modernización es inevitable por las nuevas generaciones, por la falta de cultura y conocimientos del trabajo que realizamos los jóvenes y personas de ahora dicen ‘pobre caballito’, hay asociaciones que nos discriminan, hablan en contra de nosotros cuando la realidad es otra sobre la tenencia de los caballos y la importancia de esta actividad”.
Caballos de calesas en Mérida, en buena salud
Echeverría Ayala explicó que la Unión de Conductores y Pequeños Propietarios de Carruajes tiene un convenio de servicio con la Facultad de Veterinaria de la Uady, cuyos especialistas atienden a los equinos para que estén al 100% de salud, alimentación y fortaleza para el trabajo.
Cada miércoles, a las nueve de la mañana, los veterinarios de la escuela verifican a los caballos y de acuerdo con el diagnóstico certifican su aptitud para el trabajo con las calesas.
El dirigente negó que haya explotación laboral de los animales o que no les den agua ni comida. Si el caballo no toma agua o come durante su trabajo es porque si lo hace no puede trabajar, arriesgarían su salud. Pero no es una decisión del calesero, es una recomendación veterinaria.
“Cada caballo tiene un carnet de salud donde puede desempeñar el trabajo, no es de ahorita, tiene como ocho años que lo implementamos”, dijo. “Cuando nos criticaban por supuesto maltrato a los caballitos, buscamos la ayuda de las autoridades y nos apoyaron”.
“La Facultad de Veterinaria lleva control de la salud de los caballos, adecuamos los horarios para que no trabajen todo el día ni todos los días. Trabajan algunas horas con turnos de ocho de la mañana a dos de la tarde y el siguiente turno de tres de la tarde en adelante, informamos a la Secretaría de Fomento Turístico periódicamente y cuando hay una ‘caída’ por resbalón sacamos del rol de trabajo al caballo hasta que el veterinario autorice su regreso”.
La protección del caballo también es evidente en el período de vacaciones de verano cuando está más caliente el sol. Lo protegen con paraguas, suspenden el servicio de calesa de dos a cuatro de la tarde y el caballo del turno de la mañana ya no sale por la tarde.
Aquí es donde los caleseros ven una oportunidad para las calesas eléctricas porque sustituirían a las calesas jaladas por caballo en horas de intenso calor y fuerte radiación solar.
La inclusión de las calesas eléctricas no modificará las tarifas del paseo por las rutas turísticas trazadas desde hace años. Será la misma de una calesa normal: 400 pesos por paseo. (Continuará).— Joaquín Chan Caamal